¡Un balance 2016 en electricidad deplorable!

2016 será recordado como el año con el peor servicio de electricidad de nuestra historia.  Durante los primeros meses del pasado año  -la estación de sequía-  el gobierno nacional impuso un severo racionamiento eléctrico en todo el país, dirigido a reducir drásticamente la demanda y enfrentar la ineludible reducción de la generación hidroeléctrica por el agotamiento del embalse del Guri, causado por la reducción del caudal del Caroní por la sequía,  y la sobre-utilización del embalse durante los meses previos. Esto ultimo, para compensar la insuficiente generación de las plantas termoeléctricas de Corpoelec, por la alta indisponibilidad. Es importante señalar que esta alta indisponibilidad de las plantas termoeléctricas no solo se debe a los serios problemas de mantenimiento que presentan todas las instalaciones de la única empresa eléctrica estatal, sino también  a la insuficiencia de gas natural y de diesel, combustibles que como se sabe el país tiene un importante déficit.

Aunque especialistas en el sistema eléctrico, dentro y fuera de Corpoelec, habían advertido del impacto de una fuerte sequía (agravada por el fenómeno natural, y recurrente, de El Niño, previsto con mucha antelación) sobre el desempeño del sistema eléctrico nacional, el gobierno de Nicolás Maduro no adoptó oportunamente las aconsejadas medidas de inversión, mantenimiento y de gradual racionamiento del consumo eléctrico, a diferencia de otros países de la región, en buena parte por  las elecciones parlamentarias previstas para el 6 de diciembre 2015.  En todo país y momento, el racionamiento de electricidad es una medida muy negativa para las empresas y la gente, que afecta la producción de bienes y servicios, y la calidad de vida de la población, sin distingos de edad, actividad y opinión política, y tiene un alto impacto político y económico.

Fue en febrero 2016 cuando el ministro de Energía Eléctrica Gral. Motta Domínguez advertía al país que si en abril no llovía se produciría un “colapso eléctrico”,  porque el embalse de Guri, se encontraba en una situación critica con su nivel acercándose a la cuota de 244 msnm, cuota por debajo de la cual las turbinas no podrían operar y generar la electricidad que el país necesita. Estableció Corpoelec un severo programa de racionamiento eléctrico de varias horas en el país, excepto en el Área Metropolitana de Caracas, y se redujo el numero de días y el horario de funcionamiento de toda la administración pública, de los centros comerciales, de empresas industriales y de servicios públicos como alumbrado publico,  ascensores, entre otras instalaciones.

Luego de la llegada de las lluvias, a partir de mayo,  el racionamiento eléctrico continuó algunas semanas más, para recuperar el embalse de Guri y de que alcanzara su nivel máximo de 271 msnm, meta que nunca fue lograda, llegándose a una cota de 266 msnm (la información oficial sobre el nivel de Guri fue suprimida en la pagina web de Corpoelec desde hace varios meses). Finalmente, el servicio eléctrico fue progresivamente normalizado en buena parte del país.

Sin embargo, durante el resto del 2016, los problemas eléctricos se siguieron presentando, demostrándose que la crisis eléctrica no tiene que ver con los fenómenos climáticos naturales, sino que responden a la falta de inversión y de mantenimiento preventivo y correctivo en Corpoelec y a los graves problemas financieros y gerenciales de la empresa; sobre todo en el interior del país, donde siguen siendo frecuentes los racionamientos  y los apagones, particularmente en la zona central, centro-occidental, zuliana y andina, como consecuencia de la poca holgura de generación del sistema eléctrico nacional,  por la alta indisponibilidad de las plantas termoeléctricas y la insuficiencia y averías del sistema de transmisión interconectado y de la transmisión regional. También en el Área Metropolitana de Caracas, se han incrementado las averías, afectándose amplias zonas. Incluso en el aeropuerto internacional de Maiquetía se han presentado apagones, como consecuencia de la obsolescencia y falta de mantenimiento de las instalaciones eléctricas.

El racionamiento eléctrico durante el primer semestre de 2016, nunca antes visto en el país, aunado a la falta de insumos, la caída de la demanda interna y el hostigamiento contra el sector privado, fue responsable de la caída del Producto Interno Bruto,  de mas de 12% en 2016, según estimaciones extraoficiales.  Finaliza este breve balance del sector eléctrico señalando que frente a un eventual proceso de recuperación económica, consecuencia de un cambio político, las insuficiencias del sistema eléctrico venezolano serán uno de los principales cuellos de botella que tendrán que ser enfrentados con rapidez, para permitir que la recuperación económica se sostenga en el tiempo.

Caracas, enero de 2017

Manuel Guevara

Unidad de Investigación: Ideas Para Venezuela

Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro

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