El agotamiento de las Cumbres y la crisis del multilaralismo

Por Edmundo González:

Concluyó hace pocos días la V Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Latinoamericana y Caribeña (CELAC), celebrada en Punta Cana, República Dominicana. De los 33 países miembros sólo asistieron unos pocos presidentes. El resto estuvo representado por sus cancilleres, Subsecretarios o funcionarios de menor jerarquía. Por ejemplo, ninguno de los presidentes del Mercosur estuvo presente; ni siquiera el de Brasil bajo cuyo liderazgo se fundó dicho mecanismo.

Más allá de este dato, la reunión revivió los temores de la crisis del regionalismo latinoamericano; el agotamiento de este tipo de encuentros y la duplicación de esfuerzos con otras instancias multilaterales. Para no pocos analistas internacionales los intereses políticos que por más de una década sirvieron como propósitos fundacionales de algunos de estos mecanismos ya  no responden a la realidad actual y esa razón afecta su normal desenvolvimiento.

Si bien las cumbres configuran un espacio auspicioso de la diplomacia multilateral para el diálogo político y tratamiento de los temas que afectan la región, la multiplicidad de foros, el solapamiento de sus agendas y  politización de dichos mecanismos los han ido debilitando.

Allí está el caso de la CELAC, heredera del patrimonio del Grupo de Río y del Grupo Contadora, organizaciones que jugaron un papel clave en la resolución crisis centroamericana y su posterior democratización ha venido decayendo, no sólo por la falsa pretensión de sus creadores de convertirla en la instancia sustituta de la Organización de los Estados Americanos, sino por el solapamiento de las funciones con otras agencias como el SELA y la UNASUR.

Es pues necesario la racionalización y redefinición del conjunto de organismos, subregionales y regionales –algunos de ellos con un perfil esencialmente técnico-, para evitar las frustraciones de experiencias precedentes.

En relación a lo antes dicho sólo basta darle un vistazo a un enjundioso  estudio preparado por la Secretaría Permanente del SELA (SP-Di No2, Julio de 2014) en el cual se detalla un inventario de 116 organismos, instituciones y agencias intergubernamentales latinoamericanas y caribeñas vinculadas a la institucionalidad regional en los ámbitos de la integración, cooperación, desarrollo económico, social  y crecimiento de la región.

A pesar los magros resultados y retrocesos en materia de integración regional, han surgido algunas voces que plantean la conformación de otro nuevo “Acuerdo Económico Comercial Integral Latinoamericano”, una propuesta que permita hacer un “ejercicio propositivo…  acelerar la marcha… a dar un salto en nuestro relacionamiento… enriquecer lo que venimos construyendo… para que alguna vez América Latina pueda hablar con una sola voz”

Con la proliferación y duplicidad de espacios como los señalados anteriormente y las crecientes dificultades que atraviesan algunas de estas organizaciones, difícilmente podemos augurar el éxito de esta iniciativa.

 

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