Breve balance a comienzos de 2016 en movilidad y accesibilidad

A inicios de 2015, desde la Unidad Técnica de la MUD, se realiza un balance de la situación en movilidad y accesibilidad a nivel nacional que para el cierre de 2014,  daba cuenta de lo siguiente:

A pesar de la inversión en publicidad del gobierno nacional, las quejas de los usuarios del transporte público y la vialidad a nivel nacional acusan el deterioro físico y operacional de un sistema de transporte terrestre obsoleto que sigue sin lograr acoplarse a la demanda de los venezolanos.

La situación se hace más dramática hacia las zonas rurales donde el abandono ha logrado desaparecer trayectos de vías; de igual forma en los sectores populares, que escasamente cuentan con las mismas vías de baja capacidad y carente de todo mobiliario urbano, convertidas en depósitos de basura y canales de aguas servidas.

Fallas recurrentes a nivel de pavimentos, ausencia o deficiente señalización, iluminación, drenajes y servicios elementales de vigilancia y asistencia vial y de atención de emergencias por incidentes viales, son signo inequívoco de la incapacidad de prestar servicios de calidad. Sigue prevaleciendo la congestión en la circulación particularmente en las ciudades, con las consecuentes pérdidas económicas para la nación y costos a los usuarios, que sobrellevan altos tiempos de viaje en un sistema de transporte precario que sigue privilegiando al vehículo particular, sin ofrecer opciones de transporte público eficiente y de calidad, creando una alta fuente de inequidad en los traslados de los ciudadanos.

Continúan sin cumplirse las grandes promesas de transporte y vialidad; tal es el caso del sistema ferroviario Caracas-Guarenas-Guatire, cuyas obras iniciaron en 2007 y debió estar operando para finales de 2012; la autopista La Verota-Kempis que debió culminarse en diciembre de 2012; la Línea 5 del Metro de Caracas que a pesar de iniciar obras en 2007 y haber reducido el número de estaciones, aún no se culmina su construcción.

Un engaño al ciudadano común constituyen las supuestas “soluciones viales” al tránsito, de las que alardean van 20 en la nación y de ellas 14 en Caracas; creando conexiones improvisadas que trasgreden los más elementales criterios técnicos en vigencia y que han creado puntos que potencian la ocurrencia de siniestros viales. Más allá de las dudas sobre el aseguramiento y control de calidad de algunas de estas estructuras, preocupa la posibilidad de estar construyendo vulnerabilidad. En todo caso, estas “soluciones” no proyectan la Venezuela de unos 25 a 30 años y continúan privilegiando al vehículo particular, contrariamente a lo que sería una política de movilidad pensando en el ciudadano y para el ciudadano de a pié, en términos de la sosteniblidad.

Continúa el deterioro de los cuerpos de efectivos de circulación al homologarse a la PNB, pues la fiscalización en las vías apenas se da abasto en pequeños sectores y en horarios muy reducidos; lo que sin duda va en detrimento de la gestión del tránsito, que luce cada día más anárquica, signada por la impunidad ante la incapacidad de los cuerpos de seguridad del estado de imponer leyes y normas.

El caso extremo se observa en el grupo de motorizados; un reglamento para regular el sector promulgado en Gaceta Oficial el 5 de octubre de 2011, ha quedado solo en el papel, en tanto 3 motorizados fallecen diariamente según el Observatorio de Seguridad Vial de la AC Paz Activa y cientos llegan a los espacios de traumatología de los hospitales, representando un problema de salud pública que pasa desapercibido ante el ejecutivo nacional, pues la seguridad vial no va más allá de  menciones que se lleva el viento.

Los intentos por mejorar la calidad y cantidad del transporte público del Ministerio del Poder Popular para el Transporte Terrestre y Obras Públicas incorporando unidades chinas marca YUTONG del tipo Buscaracas a rutas urbanas e interurbanas, bajo la denominación de Trans… no alcanzan a constituirse en verdaderos sistemas, en tanto no respondan a planificación de rutas, estaciones e interconexiones modales; en el olvido permanecen las zonas rurales y agrícolas, así como los accesos a los barrios de la ciudad y zonas suburbanas.

Arrancando 2015 abruma la noticia del colapso de un puente en Anzoátegui del que resultaron dos ciudadanos venezolanos fallecidos, preocupante que cada vez sea menos el presupuesto asignado para conservación en materia de transporte y vialidad.

Al escaso ritmo al que crece la red vial del país, algo más de un 1% en quince años, cada vez estamos más lejos de las grandes obras de la Venezuela de futuro.

Con profundo pesar, en 2016,  este texto sigue en vigencia, pues los cambios solo radican en la inauguración en diciembre de 2015 de la “solución vial” número 43 en la nación, que se trata del cuestionado viaducto de la autopista Valle-Coche –sin comentarios- y un cambio de nombre del Ministerio.

Saque usted sus propias conclusiones. A decir de la canción de Juan Luis Guerra, «la guagua va en reversa».

Celia Herrera

Unidad Técnica

Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro

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