Perdieron la Razón

Por Edmundo González:

Mientras en Caracas se desarrollaba una multitudinaria jornada de protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro, que desbordaba las principales vías de la capital y que fue calificada como la movilización más grande que se conozca, en la sede de la OEA se celebraba una reunión ordinaria del Consejo Permanente de la organización que el delegado venezolano convirtió en un nuevo escenario de enfrentamiento.

Aunque el orden del día de la sesión señalaba el tratamiento de temas del trabajo regular, el representante venezolano provocó un airado debate al acusar al órgano hemisférico de gestar un complot contra el gobierno de Maduro y al Secretario General Almagro y a un grupo de países de la región de formar parte de esa trama para estimular la violencia. El delegado del gobierno, en su ya acostumbrado estilo, se encargó de despachar acusaciones a los Representantes Permanentes de Argentina, Chile, México, Estados Unidos, entre otros.

Lo cierto es que desde Canadá hasta Argentina, son muchos los gobiernos del hemisferio que están ejerciendo una “presión democrática” para coadyuvar a encontrar una solución a la grave crisis que afecta al país. Así lo revelan los incontables comunicados y declaraciones oficiales denunciando la ruptura del hilo constitucional en Venezuela; exigiendo el restablecimiento del orden democrático; condenando la excesiva y desproporcionada represión de los cuerpos policiales contra cientos de miles de manifestantes pacíficos; para concluir calificando al gobierno de Maduro como una dictadura, pero sobre todo pidiendo la realización de elecciones.

En efecto, la convocatoria a elecciones generales se perfila como el único camino democrático para poner fin a esta espiral de violencia, intolerancia y represión.

Cada día queda más al descubierto que el régimen de Maduro está en sus estertores; que aliados incondicionales le quedan pocos y otros van desmarcándose aceleradamente. Incluso entre los hermanos del Caribe, donde la generosidad de la chequera venezolana había logrado morigerar las reacciones de algunos gobiernos, ya no ocultan su “preocupación por el comportamiento autocrático” que convierte a Venezuela en “un país disfuncional”.

Con los sucesos de ayer, la represión desmedida, el uso de cuerpos para policiales armados para atacar a ciudadanos inermes, el cierre de canales de televisión, “este gobierno se desquició y se ubica en un punto de no retorno”, como bien lo señala el editorial de un importante diario colombiano.

Si bien la solución de este conflicto corresponde a los venezolanos, ya es hora de que la comunidad democrática de las Américas actúe con mayor firmeza ante estos desvaríos. La región cuenta con mecanismos e instrumentos para detener la progresiva destrucción de la democracia venezolana.

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