Sinsabores de un encuentro

Por: Edmundo González

Los resultados de la XXIX Reunión de Consulta de Cancilleres realizada en Cancún el 19 de junio han tenido diversas lecturas y provocado variadas reacciones de analistas y expertos internacionales pero más importante aún son las reacciones de los propios protagonistas de la sesión.

En la mesa estaban dos proyectos de declaración. Uno presentado un grupo importante de 20 países que no pudo ser adoptado por consenso según la práctica seguida en estas organizaciones multilaterales. Otro proyecto fue presentado por la CARICOM.

 Al ser sometidas a votación, una clara mayoría de 20 delegaciones votaron favorablemente por el primer texto, 8 se abstuvieron y apenas 5 votaron en contra. Es decir que una clara mayoría de países, que representan cerca 900 millones de habitantes del hemisferio, votaron a favor de una declaración que hacía un llamado al respeto absoluto de los derechos humanos, el Estado de Derecho y la separación de poderes. Una declaración que solicitaba al gobierno de Nicolás Maduro a que reconsiderara la propuesta de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente en los términos en que está actualmente concebida.

Si tomamos en cuenta las intervenciones de cancilleres al concluir la votación del proyecto de declaración co patrocinado por el llamado Grupo de los 15 países, pero avalado por 20 delegaciones, pocos dudan del sinsabor que dejó entre la mayoría de las delegaciones. Analicemos tan sólo algunas de las intervenciones de los jefes de delegación: “Es triste no haber dado una respuesta justa… esta actitud nos será reprochada… la crisis no es de Venezuela, es del continente…” fueron las palabras del Canciller de Costa Rica.

En términos igualmente firmes se expresó el Canciller chileno Heraldo Muñoz:”… debemos pronunciarnos frente al quiebre democrático… no puede ser posible que bajo el argumento de la no intervención la alternativa es no hacer nada… mientras hay un pueblo clamando por retomar la paz, nosotros discutimos por cuestiones de procedimientos…”

En la misma línea el veterano canciller peruano no ocultó su decepción al señalar:”… el proceso que vive Venezuela es inaceptable para la comunidad internacional… desde cuando abogar por la democracia y por los derechos humanos es intervención…”

La ministra de Honduras fue también tajante”…no es cierto que frente a un problema tan grave como el que vive Venezuela esta Organización no puede hacer nada. Una situación de comprobada gravedad  no puede ni debe ser ajena a la OEA…” y  para el flamante canciller argentino, “… es triste reconocer que como organización no hemos logrado dar una respuesta…”

Muy claro fue el anfitrión de la cita, el canciller mexicano Luis Videgarain, quien alejado de las posturas formales señaló sin ambages: “… queda en evidencia nuestra incapacidad para lograr un acuerdo… mientras aquí somos incapaces de llegar a un acuerdo, sigue la violencia, siguen los muertos…”

Con esa votación ha quedado demostrado que hay dos bloques enfrentados. Uno de ellos, que representa una clara mayoría, apostaba por aprobar esa declaración. Sólo 5 aliados incondicionales del régimen votaron contra, pero la abstención de 8 países impidió que se completara los dos tercios (23 votos) necesarios.  

La diplomacia multilateral quedó lastimada ante la incapacidad de la OEA de dar una respuesta efectiva a la grave crisis que afecta a uno de sus fundadores. No se trataba de encontrar afuera una solución a los problemas que corresponde resolver a los venezolanos, pero si merecía que los gobiernos democráticos del hemisferio asumieran con sinceridad los principios y valores que sustentan a la organización.   

Los cancilleres acordaron dejar abierta la reunión de consulta en un nuevo esfuerzo por llegar a una declaración consensuada. La Asamblea General de la OEA abordará el tema nuevamente.

La frustración, impotencia y decepción no pueden amilanarnos a seguir adelante en la búsqueda de una solución a la grave crisis que padecemos. La razón está con nosotros. La democracia se construye permanentemente, día tras día. No es tarea fácil y menos ante un gobierno sin escrúpulos cuya caracterización no tiene dudas: DICTADURA

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *